Torrijos ha tenido siempre muchas e importantes fábricas
de molduras, las cuales participaban en ferias extranjeras y exportaban mucho
material.
La mayoría de ellas han tenido
que cerrar sus puertas, y las que quedan tienen grandes problemas.
A.M.G., socia de una fábrica de
molduras, nos cuenta que muchos de sus problemas los han causado los chinos,
que venden a precios muy bajos y poca calidad, pero que tal y como están las
cosas, “o compras un cuadro malo de los chinos, o no lo compras”.
Nos dice que ellos no pueden
competir con esos precios, puesto que la calidad de sus productos es mucho
mejor y su mano de obra es bastante más cara que la de ellos.
Cuando empezaron estos problemas,
intentaron abrir otros mercados o invertir en otros sectores como el de la
construcción.
El problema es que la crisis está
en todas partes, con lo cual los mercados extranjeros también han fallado y no
sale adelante.
Otras empresas han tenido que
despedir a la mayoría de los trabajadores, pero están metidas en pleitos porque
son personas que llevan más de 20 años en la empresa y ahora no les pueden
pagar lo que les pertenece.
Hay personas en Torrijos que han
salido de un fábrica de molduras sin cobrar varios meses, ni siquiera su
finiquito, después de llevar allí trabajando casi toda su vida, desde que
salieron del colegio. Y al igual que pasa en otros sectores, en algunas de
estas empresas trabajaban varios miembros de la misma familia, lo que ha
causado que varias familias completas hayan ido al paro.
Muchos de los perjudicados han
denunciado a las empresas y en algunos casos se ha celebrado el juicio, pero
sin solucionar nada.
I.L.J. nos cuenta que “fue una
vergüenza, el Juez se enfrentó a uno de los socios porque había hecho un ERE,
pero la fábrica sigue abierta”.
Las personas que han sido
despedidas están muy cabreadas, y dicen “que vendan todo lo que tienen, maderas
almacenadas, naves, terrenos, y si es necesario sus casa, pero que nos paguen,
que nosotros hemos estado trabajando sin poner ningún problema, y si no que nos
hubiesen despedido antes, cuando todavía tenían dinero para pagarnos”.
El ambiente está enardecido, los
trabajadores enfadados con la situación.
Los dueños de estas empresas nos
cuentan que ellos también lo pasa mal con esta situación por la que están
pasando, pero que no pueden evitarla, y que no se merecen ser insultados. A lo
que los antiguos trabajadores responden que ellos se esconden y no son capaces
de dar la cara.
M.G.C., socio de una de estas
empresas de molduras, afirma que él ya lo veía venir hace tiempo, cuando empezó
la crisis. Por ellos propuso a sus socios que comenzaran a despedir a empleados
pagándoles todo lo que los pertenece. Sin embargo, el resto no lo veía tan
claro por lo que no le apoyaron, “por eso ahora están pagando las consecuencias
de la crisis y de su mala gestión.
Dos empresas más han hecho un ERE
y han cerrado sus puertas. Estas empresas llevaban más de 50 años en Torrijos,
y por consiguiente han dejado a muchas personas en la calle, lo que hace que
engorden las cifras de paro de la localidad y que haya más familias casi en la
ruina.
Nos cuenta Vanesa, la responsable
de Cáritas, que no saben como van a ser capaces de socorrer a tantas familias,
porque lejos de encontrar trabajo (siempre podías encontrar un puesto en una de
las empresas de molduras), cada vez son más personas las que lo pierden y
acuden a nosotros para que los ayudemos en lo que nos sea posible.
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