Ecologistas en Acción emplea el sarcasmo y el sentido del humor para
denunciar acciones contrarias a sus fines
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, el presidente del Canal de Isabel II,
Salvador Victoria y el Partido Popular de Madrid son tres de los ocho
galardonados en los Premios Atila Madrid 2013, una iniciativa con la
que Ecologistas en Acción “distingue y denuncia a aquellas personas y entidades
que han destacado por su contribución a la destrucción del medio ambiente”.
La responsable de prensa de Ecologistas en Acción, Anxela Iglesias explica
que la confederación cuenta con pocos recursos económicos y que una de
“nuestras formas de hacer presión y denuncia es el sarcasmo y el sentido del
humor, que es gratis. Es una forma de ampliar el mensaje y que se hable de un
tema determinado”. Y de tratar temas de los que hablan todo el año “de una
forma más festiva y divertida”, añade.
El consultor de REDINAMO (especialistas en la gestión de
proyectos de comunicación, gestión estratégica y formación de entidades del
Tercer Sector), Antonio Rivas, considera que “ahora mismo, en comunicación hay
que ser creativo”. “Creo que hay demasiado discurso connivente y, que parte del
sector tenga una estrategia incisiva, me parece creativo”. Aunque reconoce que
los informes sombra para dar respuesta a informes
oficiales no son una novedad y “no es una cosa fantásticamente diferente, me
parece provocador e interesante en términos de comunicación”.
Los Premios Atila, que se entregan desde 1992, son previos a la formación
de Ecologistas en Acción, quien los asumió como propios “porque nos parecía una
manera de llamar la atención sobre problemas”, expone Iglesias. Es también,
“una forma de dar a conocer temas, incluso antes de que la gente empiece a
hablar de ellos. Por ejemplo, el tema del fracking empezó a darse a conocer a través
de Premios Atila y, en el caso de Madrid, fueron una forma de reivindicar el trazado irregular de la M-501”.
Sede en Madrid de Ecologistas en Acción. / BEATRIZ RODRÍGUEZ
En cuanto al impacto de la iniciativa, Iglesias reconoce que “nunca hemos
pensado que íbamos a conseguir cambiar conductas solo con la concesión de un
premio” y agrega que “la clase política no cambia de conducta, pero sí que le
molesta; a nadie le gusta ser premiado con algo negativo”.
En el caso de los Premios Sombra a la peor publicidad, también
otorgados por Ecologistas en Acción, “sí vemos mucho más directamente que
molesta a los publicitarios y a las marcas”. Anxela Iglesias comenta que en
2009, “hubo
un premio que se dio a Actimel y en la justificación del premio se
explicaba que su página parecía diseñada para niños y que se daba información
absolutamente falsa sobre las propiedades del Actimel y sobre lo bueno que
podía ser para los niños. Esa web fue modificada después de que se dieran los Premios
Sombra. Nunca nos van a reconocer que es por algo así, pero las agencias
publicitarias, que son mucho más sensibles y de manera mucho más inmediata a lo
que diga el público, sí que intervienen más rápido en estas cosas”.
Según Iglesias, el medio ambiente parece haber perdido espacio en los
medios convencionales: “las páginas de sociedad son cada vez menos, el medio
ambiente no se considera una prioridad, se habla de economía y de política en
la mayor parte del periódico y muchos de los periodistas especializados en
medio ambiente ya no están en las redacciones; algunos de esos periodistas se
han ido a medios alternativos”. Tanto en estos como en las redes
sociales admiten sentirse “más cómodos, porque no tenemos que explicar las
cosas desde el principio; pero, a mí personalmente, no me interesa convencer al
convencido; me interesa llegar a públicos que todavía no están sensibilizados o
que establecen otras prioridades”.
En relación con las prioridades que menciona la responsable de prensa de
Ecologistas en Acción, el barómetro de marzo de 2013 del Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS) recoge que los problemas medioambientales
solo son considerados uno de los tres principales problemas de España por el
0,1% de los encuestados. Iglesias considera “perfectamente lógico que no
aparezcamos como absoluta prioridad cuando no tienes claro si vas a trabajar en
los próximos dos años de tu vida”, aunque aprecia que se está acercando al
mensaje de “construir algo nuevo y más sostenible” gente “que antes estaba muy
lejos de ello”.
Antonio Rivas señala que algunos de los problemas con que se encuentran las
entidades no lucrativas desde el punto de vista comunicativo son la “tremenda
dispersión de lenguajes” y que “hay mucha gente comunicando y ocupando el
espacio con distintos mensajes”. También apunta que “una de las causas por las
cuales se ha caído mucho el apoyo público ha sido porque hemos dejado de tener
fuerza de movilización, fuerza de incidencia. Dicen, los que saben, que quizás un tercio de las ONG va a desaparecer, pero es
que casi un tercio de cualquier cosa va a desaparecer en los próximos años y,
entonces, habrá que ver quién es capaz de reinventarse”.
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