Es
carnívoro y el máximo depredador de la fauna asturiana. El Canis
Lupus o lobo de pelaje
pardo-grisáceo es una especie protegida que causa numerosos
problemas a los ganaderos asturianos, ya que al estar protegida su
especie, pero no las otras de las que se alimenta porque la caza del
resto de animales de la zona sí está permitida, este carnívoro se
ve obligado a alimentarse de las reses u otros animales domésticos
de los ganaderos del Principado de Asturias.
Según afirma el alcalde de Pando, pueblo perteneciente
al Concejo de Belmonte de Miranda en Oviedo, Simón Garmendía, el problema que causa el lobo es de
gran importancia para los afectados ya que la muerte de sus animales
supone una pérdida económica en sus beneficios ganaderos.
Como alcalde y ganadero afectado por este tema, Simón
Garmendía afirma que “el lobo está pasando hambre y nos la hace
pasar a nosotros. El hecho de que se maten numerosas especies de las
que se alimenta y no exista sustento para este animal hace que baje
de sus escondites en lo alto de la montaña en busca de alimento, que
resultan ser las vacas que nos dan de comer a numerosas familias de
la zona”.
El gobierno del Principado otorga una serie de
subvenciones a los afectados por este problema, ya que es consciente
de los inconvenientes que origina esta especie protegida y en riesgo
de extinción. Sin embargo, desde hace más de dos años los
ganaderos que necesitan apropiarse de dicha ayuda se ven desamparados
y olvidados ya que el gobierno autonómico no ha proporcionado dichas
subvenciones y se convierte en una ardua tarea el solicitarlas.
Otra ganadera de la misma zona ovetense, Dolores Martos,
se queja de la mala gestión y la ignorancia con la que es tratada
cuando acude a solicitar las ayudas que le tenían que haber pagado
hace más de dos años, “después de entregar todo el papeleo
burocrático para poder optar a la subvención, ya que tenemos que
presentar fotos de los animales perdidos y comidos por el lobo, así
como la certificación del guarda forestal encargado de estos casos,
no he conseguido ni un mísero céntimo. La administración local se
lava las manos y así llevamos ya varios años, desde 2009
aproximadamente, sin que se nos dé una ayuda que es totalmente
necesaria para las familias ganaderas de nuestra zona. Los cazadores
dejan sin comida al lobo, que baja de la montaña a comerse mis vacas
y las pérdidas que eso me genera me están llevando a la ruina”.
Las soluciones a estos problemas aún están por llegar
y son muchos los afectados por este problema que parece no tener
relevancia en los temas de actualidad y sin embargo suponen un factor
importante en la pérdida económica de numerosas pequeñas empresas
de este primer sector.
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