España
es uno de los países del mundo con más hectáreas dedicadas al
cultivo ecológico, más de 800.000 del terreno cultivable de todo el
territorio español se destinan a este tipo de agricultura que define
un consumo sostenible y sin que las semillas de los alimentos estén
tratadas genéticamente para producir alimentos más grandes y más
numerosos.
Las
características que definen estos alimentos se basan en que no
utilizan fertilizantes ni pesticidas químicos en su cuidado ni se
tratan con aditivos artificiales para obtener un mayor beneficio en
su consumo.
Sin
embargo, cerca del 90% de la producción ecológica española del
primer sector se exporta al resto de países de Europa, siendo
Alemania el principal consumidor de este tipo de productos.
En
el Principado de Asturias, y gracias a las condiciones climáticas
que dan lugar a que su territorio sea un lugar idóneo para el
cultivo de una gran variedad de frutas y verduras, existen varias
congregaciones, cooperativas y asociaciones que se dedican a este
tipo de cultivo. La presidenta de la Cooperativa Mawenya, Mónica
Rodríguez explica que “es increíble como la mayoría de la
producción que generamos en España sea consumida en Europa y no en
nuestro país. Es totalmente necesario que la gente comience a
entender que todos salimos beneficiados si fomentamos el cultivo y la
ganadería ecológica, que no solo se trata de un compromiso con el
medio ambiente y con nuestro planeta, sino también con nosotros
mismos. En la gran mayoría de las ocasiones ingerimos alimentos de
los que no nos preocupa ni su composición, ni como han sido
cultivados, ni la cantidad de aditivos y sustancias nocivas que
llevan incorporadas simplemente para seguir unos cánones estéticos
que se han dictado por las grandes empresas que únicamente buscan
vender, y cuanto más mejor, al precio que sea”.
La
proliferación de este tipo de cultivos ha aumentado en los últimos
años, como afirma el presidente de la Asociación AsturSana, José
Manuel Marín: “consumir productos ecológicos y orgánicos no solo
es beneficioso para nuestra salud, sino que con este tipo de cultivos
la tierra no es explotada de una forma tan agresiva. Esto fomenta un
consumo sostenible que ayuda a desarrollar una conciencia social que
nos beneficia a todos, en nuestra asociación se pretende dar a
conocer este tipo de trabajo a la tierra para obtener un mercado
sostenible, y lejos de pensar que este tipo de cultivos son “modas”
o proyectos emprendedores nuevos, lo que pretendemos es volver al
origen del cultivo de nuestros antepasados cuando lo que realmente se
buscaba era abastecer de productos básicos a la población y no
obtener el mayor beneficio económico, yendo incluso en contra de
nuestra propia salud”.
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