Somalía es uno de los
países que más afectado ha estado por las hambrunas y la sequía del cuerno de
África y donde más dificultades han tenido las organizaciones no
gubernamentales para acceder a prestar labor humanitaria.
Al hablar de Somalía hay que hacer referencia de manera
obligatoria a un estado fallido, puesto que, a pesar de haberse reconocido como
tal por parte de la ONU, no se encuentra con un gobierno central definido ni
con un poder ejecutivo establecido. Si bien es cierto que en 2012 se hacen los
primeros intentos por paliar estas deficiencias y se aprueba la Constitución.
No obstante resulta cuanto menos reseñable que tras su aprobación se encuentren
dentro del país otros pequeños estados tales como Somalilandia.
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Somalíes hambrientos |
Actualmente Somalía continúa sin contar con un gobierno real,
puesto que se encuentra manejado principalmente por Al Shabab, activistas islamitas, buscando
únicamente el control del acceso de mercancías, según el responsable de
comunicación de Misiones Salesianas, Lorenzo Herrero, “controlar Somalia es
controlar una de las grandes reservas de la tierra”.
Nos encontramos ante un país en el que tal y como nos ha
afirmado Carlos Calderón, voluntario en el cuerno de áfrica, “las labores
humanitarias han resultado imposibles”. La violencia es uno de los factores que
influye en esta imposibilidad de prestar la debida atención por parte de las
ONG, ya que más de dieciséis de ellas han sido vetadas en el país. En este sentido,
Lorenzo Herrero añade que se ha visto morir a gente en las fronteras tratando
de huir del país en busca de comida.
La organización Médicos Sin Fronteras ha calificado de
catastrófica la virulencia que asola el país, ya que según el último estudio
presentado el 10% de los niños muere antes de los 5 años y un 17,1% de la
población adulta es analfabeta. Precisamente ésta factor es el que se pretende
mantener para que los nativos no sean conocedores de la realidad más allá de
las fronteras somalíes.
Justamente lo contrario que ocurre con Haití, donde tras el
terremoto las ONG acudieron y recibieron una gran acogida pudiendo establecer
sus campamentos sin problema alguno y aportando todos los recursos disponibles.
Este hecho ha sido tan reseñable que ha pasado a denominarse
el país gobernado por las ONGS.
Lo cierto es que el hecho de que un país como Somalía se haya
convertido en objetivo de terroristas islamitas hace necesario un análisis. Es
cuanto menos claro que no es un país rico por lo que, en este caso no es el fin
económico el que persiguen. Sin embargo es una zona a través de la cual se
pueden controlar aspectos muy importantes dentro del país, tales como los
movimientos migratorios o la entrada y salida de mercancías a distintos países.
Evidentemente, al igual que ocurre con cualquier guerra
mundial el componente económico es el desencadenante y este grupo de activistas
no se conformaran con el dominio del norte de África sino que poco a poco, y de
manera escalonada intentaran hacerse con el mando del resto del continente.
Aparentemente la actual situación que se está viviendo en
Somalía no tiene solución factible alguna. Sin embargo, Lorenzo Herrero considera
que, en caso de haberla, únicamente podría ser una intervención militar por
parte de la ONU que provocase un cambio radical en el paradigma social, pero al
tratarse de activistas islamitas los cuales han mostrado su poder con atentados
como el del 11-M, provocando una situación de temor. Lo que si resulta probado
es que Al Shabab, celula de Al Qaeda en Somalia, han salido reforzados tras
estos atentados.
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