Entrevista con Ángel Gracia
Ángel Gracia, náufrago voluntario y autor de los libros: Agua de Mar, Nutrición Orgánica; La Dieta del Delfín y Manual del Náufrago entre otros.
Trata de explicar durante décadas sus experiencias e investigaciones
científicas, criticadas a menudo por expertos,
cómo el agua de mar, como bebida y alimento, es suficiente y que el ser
humano se puede nutrir e hidratar exclusivamente de agua marina.
Respuesta.-El agua de mar principalmente lo que hace es desintoxicar, limpiar el cuerpo por dentro. Y cuando el cuerpo está limpio, todo él empieza a funcionar. Esto es lo que dice la gente. En pocas horas ya sienten con más energía. Lo notan sobre todo los que tienen el cuerpo más intoxicado (por quimioterapias, antibióticos, mala comida, etc.). Cuanto mejor estamos de salud, menos notamos los efectos, claro.
P.- ¿Quinton era un visionario?
R.- Él investigó temas biológicos y descubrió unas leyes. Una aplicación práctica de esas leyes es el uso medicinal del agua de mar. Tuvo además el mérito de poner en práctica su descubrimiento salvando con ello muchas vidas y establecer el agua de mar como medicamento en Francia, de forma que la recetara la Seguridad Social hasta 1980 (bebida o inyectada).
P.- ¿Qué tiene que ver el agua de mar con las teorías del doctor Hamer?
R.- El Dr Hamer es la base (ahora algunos lo llaman
“descodificación”). Con él entendemos lo que está haciendo nuestro cuerpo. Y
luego podemos aplicar la terapia o remedio que creamos conveniente. Para
algunas cosas será suficiente el agua de mar (intoxicaciones), en otras hay que
ayudar además al paciente a que supere un bloqueo emocional (cáncer de
páncreas, de pulmón...), y en otras no hay que hacer nada pues es una reacción
del cuerpo que desaparecerá por sí sola (cáncer de mama ductal, leucemia,...).
Así usan el agua de mar en Nicaragua (país que hace un mayor uso de este
producto), donde enseñan a Hamer en las principales facultades de Medicina.
P.- ¿Qué agua de mar
podemos consumir? ¿Cualquiera?
R.- Si es para beber o cocinar, podemos recogerla de cualquier sitio que esté limpio, que podamos bañarnos. Si tenemos barca o alguien nos la puede traer de mar adentro, pues mejor. Pero, si no, podemos hacer como en Nicaragua, que la recogen de la playa. Si vivimos lejos de la costa, podemos comprarla a precio módico en supermercados.
P.- ¿Cómo recomienda
su consumo?
R.-Tomar más de una cucharada diaria, puede provocarnos reacciones que, mal entendidas, pueden complicarnos la vida. Puede también que no tengamos energía para completar la recuperación que nos provoque. Incluso, estando aparentemente sanos, en algún caso las reacciones pueden ser imprevisibles. Cada uno debe seguir su intuición.
P.- ¿Por qué desintoxica el organismo el agua de mar?
R.- Nuestro cuerpo está formado por millones de células. Unas están más juntas de sus vecinas que otras, pero nunca llegan a tocarse. Incluso entre las células de los huesos o los dientes hay un espacio. Ese espacio está lleno de un líquido y otros materiales. Ese líquido es muy parecido al agua de mar rebajada. Tan parecido que los glóbulos blancos, que son células que viven en nuestra sangre, sólo pueden vivir fuera de nuestro cuerpo en el agua de mar rebajada, y en cualquier otro líquido mueren. Cuando este líquido está sucio (estamos intoxicados), dificulta la vida de las células, y renovarlo les beneficia.
P.- ¿Cuál fue tu primer contacto con el agua de mar como terapia?
R.- ¡Uf!, hace tantas décadas que ni lo recuerdo, y qué
quieres si tengo 85 años.
P.- ¿El agua de mar podría solucionar muchos problemas de hambrunas y miserias en el planeta?
R.- Efectivamente, nos
puede beneficiar a todos. Tanto para transfusiones en caso de catástrofe, como
para epidemias de cólera como en Haití, o sencillamente como complemento
nutricional, tanto para los que comen poco en los países pobres como los que
comemos más, pero comida poco natural en los países ricos.
P.- ¿El agua de mar no es sólo para los enfermos?
R.- Casi todos podemos beneficiarnos de ella, hasta nuestros animales de compañía. Y los que más lo notan son los deportistas. Para el resto nos aporta oligoelementos que pueden faltar en nuestra comida habitual. Evidentemente conviene que, por otro lado, dejemos de perjudicarnos comiendo productos químicos (como el azúcar, la fructosa o la sal refinada) o comida industrial.
P.- Entonces,
¿así sobrevivió usted en su naufragio voluntario?
R.- Sí, sobreviví en
alta mar durante 14 días seguidos y, posteriormente, por otro período de 21
días más en mi travesía de 65 días de Niza a las Antillas Holandesas, mi
nutrición e hidratación fue, exclusivamente, la sopa marina (agua de mar con
fito y zooplancton; ácidos nucleicos, ADN de los orígenes, aminoácidos
esenciales, proteínas, grasas, hidratos de carbono y vitaminas; todos los
minerales de la tabla periódica en su forma orgánica, ecológica, natural,
biodisponible y panatómica; larvas y huevos de peces; y todo bajo la
alcalinidad marina con un PH de 8,2).
P.- En su libro, La Dieta del Delfín, ofrece una dieta integral y holística
inspirada en los mamíferos marinos, ¿nos puede explicar en qué consiste?
R.- Los delfines se nutren orgánicamente con el mar que
contiene, entre otros nutrientes, todos los elementos orgánicos de la tabla
periódica que se encuentran en el agua de mar en la forma orgánica, bio-disponible
y alcalina, mientras que nosotros nos mal-nutrimos y acidificamos bebiendo
colas, fumando y comiendo chatarra química, acida y corrosiva.
P.- ¿Por qué no
interesa que todo esto se sepa?
R.- El problema es que el agua del mar es gratis y a este sistema
que nos gobierna no le interesa, lo que interesa es que la gente se mantenga
enferma, consuma.
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