Los alumnos de artes dramáticas carecen de un seguro médico adecuado

2 ene 2013


Los representantes de estudiantes aseguran que ni la Comunidad de Madrid ni la propia dirección del centro se muestran partidarios de invertir la situación.
Sesión de ensayo con espadas de esgrima /  Foto:  es-la.facebook.com/resad.madrid

David Garea. Madrid. Los más de 300 alumnos de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (RESAD) acuden diariamente a clase sin tener un seguro médico académico acorde ni con el nivel de su educación ni con las actividades que en el centro se practican. Los estudiantes llevan años sin disponer de un seguro que cubra los posibles incidentes que puedan causarles las acciones propias de su educación o cualquier tipo de accidente dentro de la escuela debido a que la Comunidad de Madrid no cree prioritario una modificación al respecto.

La situación no ha mejorado a pesar de los esfuerzos realizados por los colectivos de alumnos y profesores, que reclaman que se tenga en cuenta esta situación antes que otras de menor importancia. “La Comunidad se preocupa más de dar carnets que de ponernos un seguro en condiciones, y algún día pasará algo”, afirma el representante y portavoz de alumnos Gonzalo Azcona.
Hoy en día los futuros artistas de la RESAD poseen un seguro que no cubre sus necesidades, más asemejado a la enseñanza obligatoria o de bachillerato que a la que en este centro se lleva a cabo. Este tipo de educación se considera una equivalencias al grado, pero en muchos aspectos, no poseen los mismos privilegios o condiciones que los universitarios. Como se explica desde la representación de alumnos: “el problema es que nosotros funcionamos de forma diferente a una facultad, pero tenemos las mismas necesidades en ese sentido”.
Institucionalmente se niega una respuesta que pueda ser efectiva en la práctica y crea una gran desconfianza en los alumnos, los cuales han comenzado a dudar de la importancia que se le da a su educación desde la Comunidad. “Nos han hablado de un carnet que unifique todas las enseñanzas artísticas pero su utilidad práctica es nula”, comenta el alumno de primer curso de interpretación corporal, Óscar Rodríguez, sorprendido por la pasividad institucional al respecto.
Desde hace años las educaciones artísticas han ido avanzando, así como su consideración en el marco de la enseñanza, a pesar de no ser consideradas grados o, en su día, titulaciones, sino como equivalencias. Sin embargo, estos avances no se han dado en todos los sentidos y los nuevos proyectos de leyes educativas no hacen presagiar un cambio. De hecho, el nuevo proyecto de ley propuesto por el ministro de educación, José Ignacio Wert, no contemplan en ninguno de sus apartados la regulación específica para este tipo de enseñanzas, no menos públicas que las demás pero con condiciones diferentes.
Del mismo modo, la Comunidad de Madrid no se plantea reformas respecto de la mejora de este seguro que, a juicio de los alumnos que en la RESAD estudian, se antoja imprescindible y más necesario que otra medidas sin utilidad.
El director de la escuela, Ángel Martínez Roger, ha afirmado en diversas ocasiones que se trata de algo que no está correctamente regulado y que debe cambiar, aunque según ha dicho, “consta que la Comunidad está trabajando en ello”. El propio Martínez hizo referencia en una entrevista concedida a este medio hace unos días que: “hay que entender que estamos en un viaje lento pero constante, poco a poco saldrá normativa sobre nuestros centros”.
Función de los alumnos de la RESAD / Foto: http://www.resad.es/eventos1112
Otro problema que a los estudiantes de la RESAD les genera el no disponer de un seguro universitario o asemejado a este es el tema de la edad. La asistencia que se posee tan sólo cubre a aquellos estudiantes que sean menos de 28 años, algo que afecta a una parte considerable de los alumnos. No todos los que estudian es la escuela de arte dramático están por debajo de este límite de edad. “No todos hemos empezado a los 18 años o no a todos se les da igual de bien la ‘carrera’.
“Son muchas las personas que alargan sus estudios en esta escuela o simplemente deciden comenzar estas enseñanzas con más de 25, lo que hace que a los 28 o 29 años continúes aun aquí, como me pasa a mí”, afirma el representante de alumnos, Javier Sahuquillo. A partir de los 28 el seguro es inexistente.
Los alumnos que sobrepasen la edad máxima establecida para recibir asistencia por medio de seguro escolar deberán ser atendidos como un ciudadano más, completamente desvinculado de la RESAD y sin poder obtener los posibles beneficios que el seguro ofrezcan. “No sólo no poseemos un seguro en condiciones y que concuerden con lo que estudiamos, sino que para algunos compañeros este ni existe”, sentencia Azcona. 

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