Los representantes de
estudiantes aseguran que ni la Comunidad de Madrid ni la propia dirección del
centro se muestran partidarios de invertir la situación.
Sesión de ensayo con espadas de esgrima / Foto: es-la.facebook.com/resad.madrid |
David Garea. Madrid. Los más de 300 alumnos de
la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (RESAD) acuden diariamente
a clase sin tener un seguro médico académico acorde ni con el nivel de su
educación ni con las actividades que en el centro se practican. Los estudiantes
llevan años sin disponer de un seguro que cubra los posibles incidentes que
puedan causarles las acciones propias de su educación o cualquier tipo de
accidente dentro de la escuela debido a que la Comunidad de Madrid no cree
prioritario una modificación al respecto.
La situación
no ha mejorado a pesar de los esfuerzos realizados por los colectivos de
alumnos y profesores, que reclaman que se tenga en cuenta esta situación antes
que otras de menor importancia. “La Comunidad se preocupa más de dar carnets
que de ponernos un seguro en condiciones, y algún día pasará algo”, afirma el
representante y portavoz de alumnos Gonzalo Azcona.
Hoy en día los
futuros artistas de la RESAD poseen un seguro que no cubre sus necesidades, más
asemejado a la enseñanza obligatoria o de bachillerato que a la que en este
centro se lleva a cabo. Este tipo de educación se considera una equivalencias
al grado, pero en muchos aspectos, no poseen los mismos privilegios o
condiciones que los universitarios. Como se explica desde la representación de
alumnos: “el problema es que nosotros funcionamos de forma diferente a una
facultad, pero tenemos las mismas necesidades en ese sentido”.
Institucionalmente
se niega una respuesta que pueda ser efectiva en la práctica y crea una gran
desconfianza en los alumnos, los cuales han comenzado a dudar de la importancia
que se le da a su educación desde la Comunidad. “Nos han hablado de un carnet
que unifique todas las enseñanzas artísticas pero su utilidad práctica es nula”,
comenta el alumno de primer curso de interpretación corporal, Óscar Rodríguez,
sorprendido por la pasividad institucional al respecto.
Desde hace
años las educaciones artísticas han ido avanzando, así como su consideración en
el marco de la enseñanza, a pesar de no ser consideradas grados o, en su día,
titulaciones, sino como equivalencias. Sin embargo, estos avances no se han
dado en todos los sentidos y los nuevos proyectos de leyes educativas no hacen
presagiar un cambio. De hecho, el nuevo proyecto de ley propuesto por el
ministro de educación, José Ignacio Wert, no contemplan en ninguno de sus
apartados la regulación específica para este tipo de enseñanzas, no menos
públicas que las demás pero con condiciones diferentes.
Del mismo
modo, la Comunidad de Madrid no se plantea reformas respecto de la mejora de
este seguro que, a juicio de los alumnos que en la RESAD estudian, se antoja
imprescindible y más necesario que otra medidas sin utilidad.
El director de
la escuela, Ángel Martínez Roger, ha afirmado en diversas ocasiones que se
trata de algo que no está correctamente regulado y que debe cambiar, aunque
según ha dicho, “consta que la Comunidad está trabajando en ello”. El propio
Martínez hizo referencia en una entrevista concedida a este medio hace unos
días que: “hay que entender que estamos en un viaje lento pero constante, poco
a poco saldrá normativa sobre nuestros centros”.
Función de los alumnos de la RESAD / Foto: http://www.resad.es/eventos1112 |
Otro problema
que a los estudiantes de la RESAD les genera el no disponer de un seguro
universitario o asemejado a este es el tema de la edad. La asistencia que se
posee tan sólo cubre a aquellos estudiantes que sean menos de 28 años, algo que
afecta a una parte considerable de los alumnos. No todos los que estudian es la
escuela de arte dramático están por debajo de este límite de edad. “No todos
hemos empezado a los 18 años o no a todos se les da igual de bien la ‘carrera’.
“Son muchas
las personas que alargan sus estudios en esta escuela o simplemente deciden
comenzar estas enseñanzas con más de 25, lo que hace que a los 28 o 29 años
continúes aun aquí, como me pasa a mí”, afirma el representante de alumnos,
Javier Sahuquillo. A partir de los 28 el seguro es inexistente.
Los alumnos
que sobrepasen la edad máxima establecida para recibir asistencia por medio de
seguro escolar deberán ser atendidos como un ciudadano más, completamente
desvinculado de la RESAD y sin poder obtener los posibles beneficios que el
seguro ofrezcan. “No sólo no poseemos un seguro en condiciones y que concuerden
con lo que estudiamos, sino que para algunos compañeros este ni existe”,
sentencia Azcona.
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