Ángel Gonzalo es
periodista, actualmente trabaja como representante en España de Amnistía Internacional en España. Ha sucumbido a los encantos del Continente africano en
más de 17 ocasiones, llegando a asentarse durante un año en Ghana.
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Ángel Gonzalo, periodista y representante en España de Amnistia internacional |
Pregunta: ¿Cómo un periodista termina colaborando con una ONG
y haciendo este tipo de acciones sociales?
Respuesta: Fue una casualidad, llevo más de 15 años
dedicándome al periodismo y a los movimientos sociales, decidí coger un año de
excedencia porque había estado al menos en 17 países y luego vino todo rodado
porque me fui con mi chica que encontró un hospital dónde podía formar un
departamento de fisioterapia y me fui siguiéndola a ella.
P: ¿Qué es lo que más te ha impactado de Ghana?
R: Vivir con tantísima pobreza y falta de recursos es un
choque cultural importante. Ha habido cosas malas como ver como se morían niños
menores de 5 años por enfermedades que aquí son dolencias y fácilmente
tratables, pero también ha habido cosas muy positivas como el afán de
superación de la gente.
P: ¿Qué proyectos habéis desarrollado durante vuestra
estancia en el país?
R: Empecé a colaborar en Radio Ada dotándola de una
estructura más profesional, di varios cursos para aprender a utilizar nuevas
tecnologías como por ejemplo Internet Además pusimos en marcha una estructura
mínima para que la comunidad Ghandí, más de medio millón de personas, pudiese
estar bien informada.
Helena, por su parte, puso en marcha un departamento de
fisioterapia en el hospital poniendo a disposición del personal local la
formación adecuada, las infraestructuras necesarias, y por supuesto llegando a
cerrar acuerdos de colaboración con distintas organizaciones españolas.
Luego, de manera conjunta, pusimos en marcha, con donaciones
particulares que trajimos de España, una escuela para niños de entre cuatro y
doce años que no tienen acceso a la educación primaria básica. En un primer
momento pensada para noventa y nueve alumnos pero ya van por ciento veinte y se
siguen realizando ampliaciones de manera continúa.
P: ¿Qué acogida tiene la emisora en un país como Ghana?
R: La realidad es muy distinta. La mayoría de la gente, el
70%, son analfabetos con lo cual es al único medio al que tienen acceso,
entonces la radio se convierte en la única ventana para conocer la realidad de
la sociedad.
En lo que respecta al desarrollo profesional del periodismo,
siempre utilizábamos noticias de interés local y hacíamos un programa dedicado
a ello, abriendo con esa noticia todos los informativos.
P: ¿Qué papel despeñan las mujeres en Ghana?
R: No deja de ser una sociedad machista y una sociedad que
releva a la mujer a cocinar y a cuidar de los niños. En este sentido, el
programa que hacíamos en la radio era una especie de tertulia donde las mujeres
decían cosas que no se atrevían a decir a sus maridos. También se hicieron
programas destinados a combatir los principales programas de la mujer Ghaní: la
violencia contra la mujer o la ablación.
P: ¿Cuál es la anécdota más reseñable?
R: Son muchísimas, la forma de vivir allí es completamente
distinta. El concepto del tiempo en África es incomparable al nuestro, por
ejemplo los españoles estamos acostumbrados a acudir a la consulta del médico
con fecha y hora previa. En Ghana esto no existe, te citan y la gente,
independientemente de la hora, acude al hospital en el momento de la apertura,
pudiendo llegar a esperar seis o siete horas, en función del orden de llegada.
P: ¿Qué sentiste al regresar a España?
R: No tiene nada que ver. Por ejemplo, recuerdo que ha sido
un año en el que no nos hemos sentado en un sofá, hemos llegado a carecer de
cosas tan imprescindibles como la luz o el agua.
Luego llegas aquí lo tienes todo y la cabeza te da vueltas,
pero lo cierto es que es una experiencia que te enseña
a valorar las cosas más comunes que allí se convierten en un lujo al alcance de
muy pocos.
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