La Ley Wert, ha entrado en confrontación con toda la comunidad educativa. Desde la publicación de la reforma, la nueva ley tiene unos puntos de controversia en los que no se ha tenido en cuenta a ningún agente educativo para su realización.
La educación es uno de
los principales problemas de España, los informes internacionales
ponen al país como uno de los peores a nivel europeo e internacional
en educación y como uno de los primeros a nivel de abandono escolar.
Seis reformas de la Ley de Educación, y una nueva en curso, no han
sido bastante para mejorar la calidad de la enseñanza española a
nivel internacional.
Las modificaciones de la
Ley de Educación siempre han causado polémica debido al uso
político que se hace de las mismas, cada vez que entra un nuevo
Gobierno se modifica la ley anterior. La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos Ginés de los Ríos (FAPA) ve como uno de los
principales problemas que “el gobierno se cree que la educación es
suya, se usa la educación como arma política”. Las continuas
confrontaciones políticas por la educación lleva a un sistema cada
vez más inestable que tiene como consecuencia el deterioro del
sistema educativo español, con consecuencia para todos los
estudiantes, desde escolares hasta universitarios.
La educación es uno de
los pilares de las democracias occidentales pero en España, la
politización del sistema educativo lleva consigo una lucha entre los
partidos mayoritarios, que en ningún caso buscan el consenso y el
acuerdo, donde abusan de sus mayorías parlamentarias para seguir
adelante con sus reformas aunque tengan en contra a los principales
agentes de la educación, el profesorado, los alumnos y los padres.
Desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) se ha hecho un comunicado en el que señalan que
la Ley Wert (LOMCE) es una “reforma regresiva, clasista,
segregadora y escluyente” y además afirman que no se ha contado
“con la comunidad educativa” además de decir que la reforma
tiene “muchos prejuicios ideológicos, trasnochados e, incluso,
inconstitucionales”.
La polémica actual está
en la reforma educativa del ministro de Educación, José Ignacio
Wert, donde se van a modificar varios de los puntos más conflictivos
del sistema educativo español. La LOMCE, denominada Ley Wert, ha entrado en
confrontación con toda la comunidad educativa. Desde la publicación de
la reforma, la nueva ley tiene unos puntos de controversia en los que
no se ha tenido en cuenta a ningún agente educativo para su
realización., la CEAPA considera la LOMCE como “lesiva” para el
sistema educativo y que llevará la escuela “al pasado” debido a
las medidas tan “ideológicas” de las que consta. La supresión
de la asignatura, creada por el Gobierno de Zapatero, Educación para
la ciudadanía, la apuesta por una educación basada en la excelencia
de los alumnos, con un sistema en el que el castellano prime en las
autonomías con más de una lengua co oficiales y con una asignatura
competente y que evalue como optativa a la religión; son los
principales puntos que están movilizando a toda la comunidad
educativa en contra de la reforma.
La religión es un debate
continuo en la educación española en donde cada Gobierno ha dado su
punto de vista a las reformas en lo concerniente a dicha asignatura,
con la reforma Wert lo que se quiere crean es una asignatura
evaluable y computable para aquellas personas que no elijan tener
religión, cuando en la actualidad dicha asignatura era no evaluable
ni formaba parte de las medias educativas.
La asignatura de Educación
para la Ciudadanía fue desde su creación un punto de controversia
entre los grandes partidos ya que el Partido Popular siempre ha
estado en contra de la creación de dicha asignatura por considerar
que tiene un contenido inadecuado y partidista. Numerosas familias
han hecho objeción de conciencia para evitar dar esa asignatura
porque no estaban de acuerdo con que ese temario se les daba a sus
hijos. Desde la última reforma educativa del PSOE, donde se incluyó
Educación para la ciudadanía, el Partido Popular se ha mostrado en
contra por lo que era de prever que la reforma educativa que hicieran
en el momento de llegar al Gobierno terminaría con Educación para
la ciudadanía. Desde la FAPA se apoya la asignatura ya que según
afirman “como padre no puedes educar a tu hijo en grupo y un grupo
es donde más se socializa”. Educación para la ciudadanía también
cuentan con el apoyo de alumnos como Antonio, que cree que sirve
“para sentar las bases para ser un buen ciudadano. Cada padre
enseña a su manera pero no de manera común”.
La reforma educativa de
José Ignacio Wert no solo modificará esas puntos de controversia si
no que también creará una reválida que tendrán que hacer los
alumnos cada vez que acaben una etapa, la FAPA señala que cada
reválida “costará al Estado más de 10 millones de euros y la
prueba la hará una empresa externa” y la que más preocupa a las asociaciones de padres, la elección del futuro del alumno a los 15
años, ya que en ese momento, terminado 3º de ESO se tendrán que
decidir por Bachillerato o terminar sus estudios en la Formación
Profesional. Para la FAPA Ginés de los Ríos, la reforma educativa
de José Ignacio Wert “elimina el derecho a estudiar” porque la
elección entre uno de los caminos, universidad o formación
profesional, hace que se eliminen posibles uniones entre formaciones
profesionales y carreras universitarias, “nos preocupa que no
puedas cambiar de camino una vez elegido la fp o el bachillerato”.
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C.E.I.P. Vicente Blasco Ibáñez |
Las CEAPA y la FAPA no
quieren que la reforma educativa salga adelante por lo que se van a
movilizar contra la misma. Desde la FAPA se ha hecho una “Campaña
LOMCE” donde se busca optener recursos para denunciar la nueva
reforma educativa. Las nuevas tasas judiciales son un hándicap
negativo por lo que las asociaciones están pidiendo “aportaciones
voluntarias” para conseguir paralizar la ley Wert. Así mismo, las
asociaciones de padres afirman que lo más importante para la
educación en España es que las reformas educativas no fueran
“políticas” y que fuera un compromiso ciudadano de apostar por
el futuro de “nuestro hijos”.