José Miguel de la Peña es un joven torrijeño de 36 años
que lleva cinco años en el paro. También es uno de los aspirantes a conseguir
un puesto de trabajo de los que ha sorteado el ayuntamiento y consiguió un
empleo como albañil.
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¿Cuál es tu opinión sobre el hecho de que se sortee
trabajo?
Pues mi opinión al respecto no es mala, pero supongo que
sería peor si no me hubiera tocado el puesto de albañil en el sorteo (risas).
La verdad es que nunca había escuchado que se hiciera en ningún otro
ayuntamiento, pero es una buena manera de hacerlo.
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¿Cuál es tu situación laboral ahora mismo?
Yo trabajaba con mi padre en la construcción. Él era el
dueño de la empresa y con él trabajamos mi hermano y yo y cuando comenzó la
crisis los tres nos quedamos en el paro.
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¿Qué repercusión tuvo esto en tu familia,
económicamente hablando?
Pues no muy buena, ya que en mi casa vivimos ocho personas
y dos de ellos son niños, que por lógica gastan más que los adultos. De nosotros
ocho la única que trabaja es mi madre, y no tiene un trabajo fijo, así que el
hecho de que yo consiguiera este trabajo pues ha sido una muy buena noticia
para todos.
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¿Por qué crees que esto no se ha hecho antes?
Pues no lo se, pero la forma que
había antes tampoco gustaba a todo el mundo. Como ya se sabe, en muchas
empresas públicas, como los ayuntamientos, hay mucho “enchufe”, muchas personas
que entran a trabajar porque son familia o amigos de alguien que ya trabaja
allí.
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¿Y qué medida te parece mejor, la de antes o la de
ahora?
Pues a mi la de ahora, ya que
veo más justo que te toque por un sorteo, porque de la otra manera solo hubiera
podido trabajar aquel que tuviera algún amigo o familiar en el ayuntamiento, de
esta manera todos los aspirantes teníamos las mismas oportunidades, solo era
cuestión de suerte.
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También hay personas que han quedado como suplentes,
¿crees que habrá gente que renuncie al puesto de trabajo?
No lo creo, pero sinceramente si
hay alguien que renuncie es porque no lo necesitará lo suficiente. Pero si
alguien lo hace pues al que le toque en su lugar estará contento de que lo haya
hecho (risas).
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Por lo que has podido ver y escuchar, ¿todo el que
participaba en el sorteo estaba contento con esta forma de dar trabajo?
No, todo el mundo no, pero está
claro que es muy complicado dar el gusto a todo el mundo. Como decía antes, a
los que hemos tenido la suerte de que nos tocara, evidentemente nos parecerá
mejor que a los que no la han tenido.
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¿Cómo te pareció que el sorteo se hiciera con bolas
de bingo?
(Risas). Pues ni me gusta ni me
disgusta, simplemente me sorprendió porque no lo esperaba. Yo esperaba que se
hicieran papelitos con los nombres de todos y alguien los fuera sacando de un
bombo, pero cuando vi las bolas del bingo me sorprendió y me hizo gracia, al
igual que a muchos de los que estábamos allí.
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Y para terminar, ¿crees que hay alguna manera mejor
que esta de que un ayuntamiento de trabajo a sus ciudadanos?
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