En la localidad de Torrijos, tuvo lugar este pasado jueves
un sorteo en el ayuntamiento en el que se sorteaban puestos de trabajo para sus
ciudadanos.
A este sorteo podían acudir todos
aquellas personas que estuvieran empadronadas en Torrijos y que estuvieran en
el paro. Pero para entrar en el sorteo, previamente tenías que haberte inscrito
en unas listas que el ayuntamiento puso a disposición de todo el que estuviera
interesado y que cumpliera los requisitos.
Antes de hacer el sorteo, unos
días antes se ponía en conocimiento de los que se habían apuntado quiénes iban
a participar en él y quiénes no, ya que se hizo una selección previa.
Para llevar a cabo esta selección
se tenían en cuenta requisitos como llevar más de dos años empadronado en la
localidad, el tiempo que llevabas apuntado al paro, si tienes familia que
dependa de tus ingresos, si tienes hijos menores de edad, etc. Otro requisito
importante es que no podían participar en el sorteo dos personas de la misma
familia, es decir, dos personas que sean familia y compartan gastos o tengan
dependencia una de la otra, como por ejemplo un padre y un hijo que vivan en la
misma casa, de esta forma el ayuntamiento se asegura que el trabajo quede más
repartido y un mayor número de familias pueda disponer de ingresos.
Una vez hecha esta selección,
cada uno de los elegidos iba al ayuntamiento a apuntarse en una lista,
dependiendo del trabajo que desea llevar a cabo para el ayuntamiento o del que
más conocimientos y aptitudes tenga. Algunas de las listas eran para albañil,
barrendero, peón, jardinero, administrativo, etc.
Cuando el ayuntamiento tuvo las
listas cerradas, se dispuso a realizar el sorteo de los diferentes grupos de
trabajo que se habían puesto a disposición de los ciudadanos de Torrijos. Este
sorteo fue dirigido por la secretaria del ayuntamiento.
Para ello, fueron citados por
separado, cada grupo a una hora diferente y se iba realizando el sorteo.
Una curiosidad es que el sorteo
se realizó con bolas de bingo. Cada persona tenía un número, y una persona
voluntaria iba sacando las bolas y diciendo el número que había salido, y a la
persona que perteneciera ese número se le adjudicaba automáticamente un puesto
de trabajo.
Una vez lleno el cupo de trabajos
disponibles, se seguían sacando bolas para saber el orden de las personas que
quedaban como suplentes, por si se diera el caso que algunos de los
seleccionadas rechazaran ese puesto de trabajo.
El número de empleos disponibles
en cada sector era diferente y menor del número de personas que aspiraban a
conseguir un puesto de trabajos. Por ejemplo, de albañil había quince plazas
disponibles y más de 50 aspirantes y de peón había otras quince plazas y 45
aspirantes.
Pero uno de los sectores más
perjudicados fue el de administrativo, ya que había solamente dos plazas y 30
aspirantes a conseguir un puesto de trabajo.
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