La
ganaderas riojanas Ana María y Raquel Pérez Sáenz, ganadoras del
Premio Europeo al Proyecto Agrícola más Sostenible, han
desarrollado una granja avícola, de pollos de engorde, de nueve
naves aunque el proyecto era de once, con la incorporación de las
nuevas tecnologías y los últimos descubrimientos que hay en este
sector.
Socias
del Grupo AN, una de las
cooperativas de segundo grado más importantes de España, y que
cuenta con uno de los mejores mataderos de Europa que se encarga del
suministro al mercado, las hermanas Pérez Sáenz han desarrollado un
proyecto innovador en cuanto al funcionamiento de la granja mediante
la automatización de las naves. Como afirma Ana, una de las hermanas
ganaderas, “ la diferencia básica con las antiguas granjas, se
centra en la utilización de los ordenadores para la automatización
de la granja, y esta es la principal mejora para nosotros, ya que hay
que adaptarse a las nuevas medidas y normas de bioseguridad”.
Casi
todo el sector intenta aplicar este tipo de medidas, pero ellas han
sido pioneras en utilizar técnicas como, por ejemplo, el uso de
luces de colores para mermar el estrés de los animales, o la
ventilación por combinación de la transversal y la de túnel (de
las más utilizadas en EEUU) para coger las ventajas de ambas.
Otra
innovación es el uso de cañones de calefacción de aire caliente
con combustión externa para que los animales no se vean afectados
por ello.
La
alimentación de los animales, muchas veces ignorada por el
consumidor, se basa en piensos que provienen de la cooperativa del
Grupo AN, siendo la mayor cooperativa cerealista de España, con
presencia en La Rioja, Aragón y Castilla y León.
La
idea de este proyecto surge a partir de la conciencia de que las
nuevas normativas, tanto en bienestar animal como en la aplicación
de nuevas tecnologías y nueva maquinaria, son necesarias en el
funcionamiento de las granjas del siglo XXI, “primero, estas
normativas y adaptaciones, son muy costosas para las explotaciones
antiguas, cuyos propietarios al ver cercana su jubilación no les
compensa hacer este tipo de inversiones, y por otra parte, la
incorporación de las nuevas maquinarias y nuevas tecnologías dan
lugar a que aquellas granjas que no se adapten a estos nuevos
criterios tengan que cerrar por no llegar al nivel de competencia que
se exige en el sector”, afirma una de las hermanas Pérez Sáenz.
Además
otro factor muy importante es que dentro del Grupo AN se fomenta el
incremento de producción de granjas que están infrautilizadas,
desarrollando proyectos emprendedores como este, que facilitan la
adaptación a las nuevas circunstancias para evitar cierres de
negocios o de otras granjas que se tienen que amoldar a las nuevas
exigencias del mercado y a las nuevas circunstancias tecnológicas
que se desarrollan cada día.
Aunque
en el ámbito ganadero y agrícola “las cosas se suelen hacer muy
bien, la gente está muy al día y ya están incorporadas a las
granjas la mayoría de estos mecanismos de trabajo, lo más innovador
de nuestro proyecto es la automatización y el sistema tecnológico
que utilizamos o el compromiso con el paisaje y el entorno para no
masificar nuestra explotación” afirma Ana.
El
uso del sistema automatizado y programado de estas naves inteligentes
es una herramienta más que eficaz para asegurar que las condiciones
en las que se encuentran los animales sean las más óptimas para su
desarrollo.
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