Los
padres se quejan de que esta medida no supone mucho ahorro y con ella los niños
están expuestos a intoxicaciones
La Comunidad de Madrid interpuso este curso la
aplicación de la política del ‘tupper’ que no ha contado con la aceptación de
los colegios y de las familias del municipio.
Los padres tienen que cumplir con unas condiciones
especiales como preparar el mismo menú que se haga cada día en el colegio y
llevar la comida en unos recipientes y en unas bolsas térmicas especiales.
Estos requisitos suponen más trabajo para las familias que en muchos casos
trabajan y no tienen tiempo para poder cumplirlos.
Los alumnos en la entrada del comedor del Colegio Albanta /
Foto: Laura Martín
Las becas de comedor han sido suprimidas y con ellas
también se ha reducido un 30% el número de comensales, auxiliares y monitoras
de comedor según datos de la alcaldía.
“La Comunidad de Madrid se ha cargado las becas de
comedor pero en vez de decir que las ha eliminado les dice a los padres que no
les dan beca pero que a cambio les dejan traer su propia comida en un ‘tupper’”
afirma la directora del Colegio John Lennon, Aída Casado.
Desde el Ayuntamiento de Fuenlabrada, el concejal de
educación Isidoro Ortega ha explicado que “si antes eran más de 7100 niños los
que comían el año pasado en comedores escolares, este año el número descendía a
unos 5000”.
Sin embargo, el concejal de educación del partido popular de Fuenlabrada, Manuel Bautista, ha declarado que “el sistema del ‘tupper’
debe ser visto como una medida de ahorro para las familias y no hacerse
demagogia exaltando las mínimas condiciones que se piden para que funcione como
si fuera un gran esfuerzo para los padres”.
Los centros públicos que tienen servicio de comedor
continúan en su mayoría con el sistema del menú normal ya que los padres de los
alumnos no han solicitado el uso de la fiambrera debido a que es más económico
pagar la cuota mensual del servicio que cumplir las estrictas condiciones que
se exigen.
“Las familias tienen que pagar un cuantía que no es
rentable porque finalmente hay una diferencia de un euro con el menú normal”
expresa la directora del Colegio Albanta, María de los Ángeles García.
Además los centros educativos reclaman que el
sistema del ‘tupper’ perjudica a los controles de sanidad y que los alumnos
están expuestos a sufrir intoxicaciones porque en el colegio se cogen muestras cada día de la
comida que se cocina pero no se puede tener un control de los alimentos que los
niños traen de sus casas.
La directora del Colegio John Lennon, Aída
Casado, expresa que “es una medida que se carga todas las condiciones que se han conseguido durante
estos años en cuanto a sanidad y educación”.
También supone un deterioro en la educación ya que los
niños deben tener unas rutinas alimenticias que aprenden en los comedores
escolares y que se desmoronan si cada crío lleva su propia comida al colegio.
“Si se aplicara realmente esta medida los niños no querrían
comerse su propia comida si sus compañeros llevaran otra que les gustara más.
Echaríamos abajo todo lo que hemos conseguido en la educación de nuestros hijos”
expresa una madre de la localidad.
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