Quien algo quiere, algo le cuesta

8 ene 2013


Las fiestas navideñas obligan a interrumpir la competición municipal durante casi un mes. El deporte, en general; y el fútbol 7, en particular, no son la excepción en el madrileño distrito de Retiro, quedando dividida la temporada en dos bloques.


Los Juegos Deportivos Municipales es la competición que sufre el parón invernal. Se trata de un mal necesario si se quiere estirar al máximo el campeonato, ya que la temporada es corta: 16 partidos de liga (entre octubre y marzo) y un mínimo de tres encuentros más si se disputa el Trofeo Marca (mes de mayo).

El de las Navidades no es el único paréntesis de la temporada, pero sí el más largo. Al mismo se suman las jornadas de descanso, establecidas en el calendario de la Liga, los puentes más importantes, la Semana Santa y, por supuesto, el periodo estival.

En 2010, el jugador y delegado de uno de los equipos de la liga municipal, Naza Díaz, detectó que la demanda de fútbol 7 en este distrito era superior a la oferta municipal. Fue así como decidió, junto con otro amigo, crear su propio torneo. “Nos parecía poco fútbol”, declara. Además, buscaba ‘democratizar’ el acceso a un trofeo por parte de los equipos, ya que “en liga municipal, para optar al trofeo, había que quedar campeón de entre casi 200 equipos; mientras que en el torneo que organizo, participan ocho equipos y tres reciben trofeo”, puntualiza Diaz.

Al menos hasta el año pasado existía la remota posibilidad de alzarse con una copa que acreditara a un equipo como el mejor del distrito, pero la crisis también golpea el deporte municipal. Así lo reconoció el promotor deportivo del distrito, Juan Manuel Moreno: “este año no hay presupuesto para la entrega de trofeos. Estamos haciendo gestiones para ver si, a través de la Junta municipal, encontramos un patrocinador que se haga cargo”.

Naza Díaz presume de torneo: “cada año va cogiendo más fuerza”. Aunque en el camino se ha encontrado con algún obstáculo. “Este año, desde Adelfas, pusieron trabas. Eso nos obligó a incrementar el precio de la inscripción del torneo” para los equipos, dice el organizador. Las trabas a las que se refiere es la existencia de una tasa municipal que obliga a los usuarios a pagar un canon extra si deciden disputar partidos (o torneos) moderados por árbitros.

El promotor deportivo municipal reconoció desconocer “por completo” la existencia de esta tasa. Desde la empresa concesionaria de los campos de Adelfas, Palestra Atenea, uno de sus encargados, Raúl Palomo, alega que “el Ayuntamiento pone sus propias limitaciones a los torneos privados” y justifica esta protección “porque hay páginas en Internet que se dedican a ofertar partidos para hacer negocio y que quieren sacar la mayor tajada posible”.

Los ‘beneficios’ que obtenemos “son para costear los gastos que suponen las molestias de organizarlo”, admite Naza Díaz.

Ahí no acaba todo. Ante el asombro de los equipos participantes del torneo, así como el de los propios organizadores por la imposición de esa tasa, finalmente ésta tuvo que abonarse. Pero como la reclamación de la tasa se produjo de manera súbita (durante la disputa de la primera jornada del torneo), desde la concesionaria del polideportivo, se atendieron las peticiones del torneo de reducir la tasa. Se negoció a la baja. Lo nunca visto.

El organizador del torneo concluye: “Nos dijo que había un precio estándar para esas cosas, pero al final nos hizo una pequeña rebaja”.

A veces practicar deporte no parece tan sencillo y Díaz ha ido incluso más allá. Desde hace dos años dirige también la cola frente al polideportivo Daoiz y Velarde la noche antes del reparto de plazas para la liga municipal. Y es que, como él mismo apunta: “mi lema es: ‘si quieres algo bien hecho tienes que organizarlo tú mismo’”.

“Cada vez era más desastroso: se colaba gente y quemaban las listas con el orden de los equipos”. Así cuenta Naza Díaz qué fue lo que le impulsó a poner su propia lista, pero aclara que “eso exige un compromiso: hacer fotos a la lista constantemente por si la arrancan. Es un sacrificio que nadie quiere asumir”.

Tales circunstancias se ven reflejadas después en el grado de satisfacción de los usuarios. “En la oferta privada, la organización, el trato a los equipos y los premios, suele ser mejor” explica el delegado de otro de los equipos de la liga municipal, Andrés Seara. Sigue la misma corriente Naza Díaz, quien valora positivamente “el seguimiento que hay a los equipos y a los jugadores en la oferta privada”, aunque admite que lo peor “es el precio, que duplica o triplica en algunos casos a la oferta municipal”.

A pesar de todo, Seara apuesta por la oferta deportiva pública, porque “aunque sea más cara merece más la pena, porque es más regular y juegas más partidos”.

¿Pero cuánto más cara es la oferta privada respecto a la pública? Si se compara el torneo que organiza Naza Díaz y los Juegos Deportivos Municipales, las diferencias de precios son relativas.

El precio total de la inscripción por equipo en los Juegos Deportivos Municipales en fútbol 7 la presente temporada fue de 562,85 euros por disputar 16 partidos (más de 35 euros de media por partido); el de la Adelfas Champions League, organizada por Díaz, fue de 135 euros, por un mínimo de tres partidos (45 euros) y un máximo de cinco (27 euros).

Por lo tanto, solo los cuatro equipos que accedieron a la fase final y que jugaron todos los partidos del campeonato privado disfrutaron de un precio medio por partido más bajo respecto a la competición municipal.

Andrés Seara hace balance de ello: “igual los partidos que se disfrutan más son los de la oferta privada, pero a la larga lo que queremos es jugar y donde más se juega es en la pública”. No obstante, reclama que “se haga más caso a los participantes que hacen propuestas”.

La oferta deportiva municipal mantiene a pesar de todo un buen estatus de calidad entre sus usuarios. “Ocho jugadores de nuestro equipo venimos a jugar desde Colmenar Viejo”, dice Naza Díaz. Este caso no es una excepción. El de Andrés Seara es parecido, ya que viene a jugar desde Pozuelo de Alarcón.

Todo es mejorable y cada oferta tiene sus virtudes y sus defectos. Díaz cambiaría “la implicación de los árbitros” en la oferta pública; de la privada, “el precio y que hubiera siempre un mismo horario para jugar”. Alaba como virtudes de los torneos privados que son “bastante emocionantes y que no te conceden margen de error. La gente está más motivada en un torneo más corto, tienes la posibilidad de ganar un trofeo más al alcance de la mano”.

Seara destaca de la oferta pública que “es más regular y continua” en el tiempo, pero le achaca una cierta “falta de atención” al usuario. De la privada, valora su intensidad y cree que, aunque “son torneos más cortos, son más divertidos”.

Al final, ninguna de las dos propuestas es perfecta. Se complementan. Naza Díaz afirma que “como nuestros clientes juegan la liga municipal, tenemos que adaptar nuestro calendario a esto”. Por lo que la competencia entre ambas ofertas no es tan directa, puesto que las competiciones no se solapan.


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