Las fiestas
navideñas obligan a interrumpir la competición municipal durante casi un mes. El
deporte, en general; y el fútbol 7, en particular, no son la excepción en el
madrileño distrito de Retiro, quedando dividida la temporada en dos bloques.
Los Juegos
Deportivos Municipales es la competición que sufre el parón invernal. Se trata
de un mal necesario si se quiere estirar al máximo el campeonato, ya que la
temporada es corta: 16 partidos de liga (entre octubre y marzo) y un mínimo de
tres encuentros más si se disputa el Trofeo Marca (mes de mayo).
El de las Navidades
no es el único paréntesis de la temporada, pero sí el más largo. Al mismo se
suman las jornadas de descanso, establecidas en el calendario de la Liga, los
puentes más importantes, la Semana Santa y, por supuesto, el periodo estival.
En 2010, el
jugador y delegado de uno de los equipos de la liga municipal, Naza Díaz,
detectó que la demanda de fútbol 7 en este distrito era superior a la oferta
municipal. Fue así como decidió, junto con otro amigo, crear su propio torneo.
“Nos parecía poco fútbol”, declara. Además, buscaba ‘democratizar’ el acceso a
un trofeo por parte de los equipos, ya que “en liga municipal, para optar al
trofeo, había que quedar campeón de entre casi 200 equipos; mientras que en el
torneo que organizo, participan ocho equipos y tres reciben trofeo”, puntualiza
Diaz.
Al menos hasta
el año pasado existía la remota posibilidad de alzarse con una copa que
acreditara a un equipo como el mejor del distrito, pero la crisis también
golpea el deporte municipal. Así lo reconoció el promotor deportivo del
distrito, Juan Manuel Moreno: “este año
no hay presupuesto para la entrega de trofeos. Estamos haciendo gestiones para
ver si, a través de la Junta municipal, encontramos un patrocinador que se haga
cargo”.
Naza Díaz presume
de torneo: “cada año va cogiendo más fuerza”. Aunque en el camino se ha
encontrado con algún obstáculo. “Este año, desde Adelfas, pusieron trabas. Eso
nos obligó a incrementar el precio de la inscripción del torneo” para los
equipos, dice el organizador. Las trabas a las que se refiere es la existencia
de una tasa municipal que obliga a los usuarios a pagar un canon extra si
deciden disputar partidos (o torneos) moderados por árbitros.
El promotor
deportivo municipal reconoció desconocer “por completo” la existencia de esta
tasa. Desde la empresa concesionaria de los campos de Adelfas, Palestra Atenea,
uno de sus encargados, Raúl Palomo, alega que “el Ayuntamiento pone sus propias
limitaciones a los torneos privados” y justifica esta protección “porque hay
páginas en Internet que se dedican a ofertar partidos para hacer negocio y que
quieren sacar la mayor tajada posible”.
Los ‘beneficios’
que obtenemos “son para costear los gastos que suponen las molestias de
organizarlo”, admite Naza Díaz.
Ahí no acaba
todo. Ante el asombro de los equipos participantes del torneo, así como el de
los propios organizadores por la imposición de esa tasa, finalmente ésta tuvo
que abonarse. Pero como la reclamación de la tasa se produjo de manera súbita
(durante la disputa de la primera jornada del torneo), desde la concesionaria
del polideportivo, se atendieron las peticiones del torneo de reducir la tasa.
Se negoció a la baja. Lo nunca visto.
El organizador
del torneo concluye: “Nos dijo que había un precio estándar para esas cosas,
pero al final nos hizo una pequeña rebaja”.
A veces
practicar deporte no parece tan sencillo y Díaz ha ido incluso más allá. Desde
hace dos años dirige también la cola frente al polideportivo Daoiz y Velarde la
noche antes del reparto de plazas para la liga municipal. Y es que, como él
mismo apunta: “mi lema es: ‘si quieres algo bien hecho tienes que organizarlo
tú mismo’”.
“Cada vez era
más desastroso: se colaba gente y quemaban las listas con el orden de los
equipos”. Así cuenta Naza Díaz qué fue lo que le impulsó a poner su propia
lista, pero aclara que “eso exige un compromiso: hacer fotos a la lista
constantemente por si la arrancan. Es un sacrificio que nadie quiere asumir”.
Tales circunstancias
se ven reflejadas después en el grado de satisfacción de los usuarios. “En la
oferta privada, la organización, el trato a los equipos y los premios, suele
ser mejor” explica el delegado de otro de los equipos de la liga municipal,
Andrés Seara. Sigue la misma corriente Naza Díaz, quien valora positivamente “el seguimiento que hay a los equipos y
a los jugadores en la oferta privada”, aunque admite que lo peor “es el precio,
que duplica o triplica en algunos casos a la oferta municipal”.
A pesar de todo,
Seara apuesta por la oferta deportiva pública, porque “aunque sea más cara
merece más la pena, porque es más regular y juegas más partidos”.
¿Pero cuánto más
cara es la oferta privada respecto a la pública? Si se compara el torneo que
organiza Naza Díaz y los Juegos Deportivos Municipales, las diferencias de
precios son relativas.
El precio total
de la inscripción por equipo en los Juegos Deportivos Municipales en fútbol 7
la presente temporada fue de 562,85 euros por disputar 16 partidos (más de 35
euros de media por partido); el de la Adelfas Champions League, organizada por
Díaz, fue de 135 euros, por un mínimo de tres partidos (45 euros) y un máximo
de cinco (27 euros).
Por lo tanto,
solo los cuatro equipos que accedieron a la fase final y que jugaron todos los
partidos del campeonato privado disfrutaron de un precio medio por partido más
bajo respecto a la competición municipal.
Andrés Seara
hace balance de ello: “igual los partidos que se disfrutan más son los de la
oferta privada, pero a la larga lo que queremos es jugar y donde más se juega
es en la pública”. No obstante, reclama que “se haga más caso a los
participantes que hacen propuestas”.
La oferta
deportiva municipal mantiene a pesar de todo un buen estatus de calidad entre
sus usuarios. “Ocho jugadores de nuestro equipo venimos a jugar desde Colmenar
Viejo”, dice Naza Díaz. Este caso no es una excepción. El de Andrés Seara es
parecido, ya que viene a jugar desde Pozuelo de Alarcón.
Todo es
mejorable y cada oferta tiene sus virtudes y sus defectos. Díaz cambiaría “la
implicación de los árbitros” en la oferta pública; de la privada, “el precio y
que hubiera siempre un mismo horario para jugar”. Alaba como virtudes de los
torneos privados que son “bastante emocionantes y que no te conceden margen de
error. La gente está más motivada en un torneo más corto, tienes la posibilidad
de ganar un trofeo más al alcance de la mano”.
Seara destaca de
la oferta pública que “es más regular y continua” en el tiempo, pero le achaca
una cierta “falta de atención” al usuario. De la privada, valora su intensidad
y cree que, aunque “son torneos más cortos, son más divertidos”.
Al final,
ninguna de las dos propuestas es perfecta. Se complementan. Naza Díaz afirma
que “como nuestros clientes juegan la liga municipal, tenemos que adaptar
nuestro calendario a esto”. Por lo que la competencia entre ambas ofertas no es
tan directa, puesto que las competiciones no se solapan.
0 comentarios:
Publicar un comentario