Las situaciones económicas del público, los artistas y las salas endurecen las condiciones de contratación de los conciertos.
Los
managers se encuentran en una situación en la que para “cerrar”
un concierto deben negociar duramente. Por su parte las salas deben
encontrar un equilibrio ideal de beneficios entre los artistas y el
local. Ambos papeles no son fáciles de desempeñar cuando el paisaje
que les rodea es de poca asistencia por parte del público, falta de
fondos y por tanto, recortes en el sector cultural.
El
manager es la persona que representa los intereses de un artista, y
es por ello por lo que debe esforzarse en conseguir conciertos,
realizar promociones mediante acuerdos con la prensa, realizar
patrocinios y hacer de enlace entre el artista y la discográfica,
siempre y cuando esta exista.“Un manager debe ser una persona
educada,activa, tiene que exponer claramente las cosas, tiene que
cumplir su palabra y tiene que hacerse respetar a si mismo y al
artista al que representa. Es totalmente necesaria la buena
comunicación con el artista,tenemos que ir por un mismo camino”,
afirma la manager de la cantante Virginia Labuat y del grupo Utopía,
Margarita García Sánchez. Actualmente un gran número de grupos que
comienzan a subirse a los escenarios prescinden de un manager que les
organice una agenda de conciertos puesto que los ingresos económicos
obtenidos no son lo suficientemente altos como para poder cubrir los
sueldos de cada uno de los componentes.”Actualmente los grupos
prefieren organizarse ellos solos, sobretodo si están comenzando,
puesto que no pueden permitirse del poco beneficio que obtienen dar
una parte”, comenta Margarita. Distinto es el caso de las grandes
estrellas nacionales e internacionales cuyas condiciones de trabajo
les aseguran unos ingresos fijos al finalizar el show, el caché.
Las
salas por su parte se encuentran en una situación en la que se ven
obligadas a endurecer condiciones puesto que la asistencia del
público a conciertos se ha visto disminuida en los dos últimos años
de una manera considerable y con ella los beneficios del local.“No
sé si es por el evidente estado de crisis que venimos sufriendo o
por el miedo masificado que se tiene a que así sea con la
consecuente reclusión de la gente en sus casas los fines de semana…
pero sí, notamos el descenso de asistentes una barbaridad”,
comenta el dueño y organizador de la sala Tragaluz, Toni Franco.
Los
managers,grandes negociadores
Debido
a estos factores el organizar un concierto se convierte en un
procedimiento de duras negociaciones entre los interesados. “El
cierre de los conciertos es muy complicado, las salas cada vez ponen
unas condiciones más duras, es complicado defender unas condiciones
favorables para el artista”, comenta Margarita García. De entre
los diferentes tipos de contratos de cierre que se utilizan son el de
porcentaje compartido de beneficios entre artista y sala y alquiler
de local los que más se demandan actualmente. El alquiler de un
local con aforo para 200 personas en la capital ronda un precio de
300 euros, algo que no se pueden permitir muchos artistas. En cuanto
al beneficio que puede obtener un manager Margarita afirma:“El
porcentaje habitual es de un 20% del beneficio total , esto puede
variar según el acuerdo interno entre el grupo y el manager”.
Las salas, imprescindibles para los
artistas
“Considero
que comisión entrada/caja es la forma más justa de trabajar en
simbiosis con el artista ya que, cuando todo funciona los beneficios
se incrementan para el artista y no solo para el local y cuando no
funciona como se desearía el local no pierde” , apunta el dueño
de la sala mallorquina Tragaluz, Toni Franco.“Los
artistas, en su mayoría, exigen garantías de cobro y no apoyan en
absoluto a la promoción del evento ni se preocupan de ello. Sólo
quieren cobrar y les es indiferente si pierdes dinero. Gracias a Dios también los hay más consecuentes y aceptan esa simbiosis que
yo considero que siempre debería existir entre local y artista por
la cual, tras el esfuerzo mutuo, todos ganan o, en el peor de los
casos, nadie pierde”, concluye Toni.
Sala Tragaluz, Palma de Mallorca |
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