El imperio del civismo en el deporte municipal

7 ene 2013


Los datos sobre sanciones disciplinarias en fútbol 7 en el distrito de Retiro ofrecen tranquilidad y optimismo, aunque bajar la guardia no es una opción. Los árbitros se muestran satisfechos al respecto.


El próximo 13 de enero se producirá el paso por el ecuador de la liga de los Juegos Deportivos Municipales. Conviene hacer un balance sobre qué papel ha jugado el ámbito disciplinario en el distrito de Retiro en este inicio de la temporada municipal y compararlo con el mismo periodo del curso anterior.

Hasta la fecha, se han disputado ocho jornadas (de un total de 18). Los datos proporcionados después de cada jornada por el Comité de Competición son alentadores y reflejan una clara disminución de las sanciones a jugadores y delegados; aunque por otro lado, han aumentado las mismas a los equipos.

El cuadro siguiente explica con claridad las sanciones impuestas a jugadores y a equipos.

2011-2012
2012-2013
Jornada
Equipos
Puntos
Jugadores
Partidos
Jornada
Equipos
Puntos
Jugadores
Partidos
1
1
1
4
12
1
1
0
1
4
2
1
1
2
17
2
2
0
3
11
3
0
0
5
28
3
0
0
0
0
4
4
5
1
4
4
7
3
1
8
5
3
2
1
1
5
3
3
3
6
6
6
8
6
20
6
3
3
3
12
7
0
0
1
2
7
4
5
2
2
8
2
4
1
2
8
1
0
2
2
TOTAL
17
21
21
86
TOTAL
21
14
15
45

Uno de los aspectos más llamativos es la ausencia de cualquier tipo de sanción en la tercera jornada de la temporada 2012-2013. Dato hasta a la fecha anecdótico, pero que debería convertirse en costumbre.

El número total de sanciones a jugadores en estas primeras ocho jornadas de la temporada 2012-2013 ha disminuido un 28,57% respecto al mismo periodo de la temporada anterior (21 sanciones en la 2011-2012 y 15 en la 2012-2013).

Más llamativo es el dato del número total de partidos que se habían impuesto como castigo a jugadores. En el curso anterior, el total de partidos de sanción a jugadores en estas ocho jornadas fue de 86 – una media de más de 10 por jornada –, mientras que en la presente campaña la cifra se ha rebajado a 45 encuentros – más de cinco por jornada –, lo que supone un descenso del 47,67%.

Estos datos indican que aparte del descenso del número total de sanciones impuestas a jugadores, la naturaleza de los castigos ha sido, por regla general, más leve.

Por el contrario, han aumentado el número de sanciones a equipos. En la temporada 2011-2012, el número total de sanciones a equipos fue de 17; mientras que en la presente campaña, el dato se ha elevado hasta 21, lo que supone un aumento del 23,5%.

Las sanciones a equipos se traducen en la resta de puntos a éstos en la clasificación. El curso pasado, el número total de puntos descontados a equipos fue de 21 a estas alturas del campeonato; mientras que en la temporada 2012-2013, la cifra se ha reducido hasta los 14: un descenso del 33%.

¿Cómo es posible esto? La respuesta es sencilla: durante la temporada anterior, prácticamente todas las sanciones impuestas a los equipos penalizaron comportamientos en su mayoría graves o muy graves, llevando aparejada la pérdida de puntos; mientras que en la temporada actual, la naturaleza de la mayoría de las infracciones ha sido más leve, teniendo como castigo dichas actuaciones u omisiones la mera advertencia por parte del Comité de Competición, si era la primera vez que la cometía el equipo.
                                                                                  
El cuadro siguiente explica con claridad esta tendencia:

Motivo
Pérdida de puntos
2011 – 2012
2012 – 2013
Ocasiones
Incomparecencia por número insuficiente de jugadores
SÍ (1 punto)
6
3
No presentar la documentación requerida
SÍ (1 punto)
6
5
Alineación indebida
SÍ (1 punto)
1
0
Primera incomparecencia del equipo a un encuentro
SÍ (2 puntos)
3
3
Decisión basada en el acta
NO
1
1
No presentar el balón por primera vez
NO (advertencia)
0
5
Supuestos no contemplados en la normativa
NO
0
1
Incidentes leves
NO (advertencia)
0
3
TOTAL
17
21
                         

Las excepciones que confirman la norma: desgraciadamente, esta tendencia decreciente de sanciones se ha visto empañada por un episodio lamentable, que tuvo lugar la tarde del domingo 4 de noviembre de 2012. El encargado del Polideportivo de Adelfas que lidió con aquél incidente fue Jorge Ortega.

Todo empezó cuando se dio el pitido inicial a uno de los partidos aquella tarde. “Los jugadores de uno de los equipos estaban insultando al árbitro, faltándole al respeto y discutiéndole cada decisión que tomaba”, recuerda Jorge Ortega, que se vio obligado a llamar a la Policía, cuyos efectivos permanecieron hasta que terminó el partido. Después, escoltaron al árbitro hasta su coche.

En los vestuarios, cuando ya se había ido la policía, volvió el pique entre los jugadores, aunque afortunadamente “la sangre no llegó al río”, dice el encargado de Adelfas.

El martes 6 de noviembre, durante la inspección rutinaria de las instalaciones del polideportivo, otro de los encargados de los campos de fútbol, Raúl Palomo, “encontró en una ventana de la zona de las duchas una navaja”, dice Jorge Ortega. Un policía “la cogió con guantes y comprobó que tenía restos de hachís”, asegura Raúl Palomo.

La Policía no ha podido confirmar que ambos sucesos estuviesen relacionados.


Solos ante el peligro: para prevenir estas situaciones violentas y tratar de calmar los ánimos es imprescindible contar con la inestimable labor de los árbitros.

Carlos Puente es árbitro de fútbol de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), del colegio madrileño, y reconoce que “hoy por hoy, la gente es más consciente que hace años con respecto a los árbitros, al menos en Madrid”.

El árbitro, José Ignacio Rejas, resalta que “si los jugadores te ven inseguro lo van a aprovechar”.

Ambos creen que lo más complicado de su labor es “controlar a los jugadores, porque llega un momento en que se ponen nerviosos y creen que tienen la razón”.

La mejor manera para evitar que un partido se le vaya de las manos a un árbitro, según Rejas es que el jugador “no note pasividad por parte del árbitro, que vea que te lo estás tomando en serio”. Por su parte, Puente no cree que el árbitro pueda controlar estas situaciones: “no es culpa tuya sino de ellos (de los jugadores)”.

Tampoco coinciden a la hora de afirmar que la complexión física del propio árbitro puede aliarse a su favor si éste es fuerte y alto, así como para evitar verse intimidado por algunos jugadores. “Tristemente, sí. Aunque no entiendo por qué, porque el árbitro no te va a hacer nada”, declara Rejas. Puente discrepa, aunque admite que “es posible que algunos jugadores utilicen su físico para intentar intimidar al árbitro”.

La actitud conciliadora de otros jugadores en este tipo de situaciones puede ser de gran ayuda al árbitro. José Ignacio Rejas reconoce que no suele ser habitual “pero sí que me he encontrado con capitanes que controlan a sus jugadores”.

Después de lo dicho, cualquiera que piense que estos datos tan halagüeños no son frutos de la casualidad, atribuiría el descenso de las sanciones disciplinarias a algún tipo de medida tomada desde el propio Comité de Competición o desde el Comité de Árbitros. Tanto, Rejas como Puente niegan la mayor. “Rotundamente no, ellos solamente te enseñan a aplicar las reglas del juego con sentido común”, señala Carlos Puente. José Ignacio Rejas afirma que “no te dicen como tienes que arbitrar”.

Para evitar tan molestos y desagradables escenarios, a veces las mejores soluciones son las más simples. Carlos Puente reclama “solo un poco más de educación cívica en el fútbol base”. En la misma línea se expresa José Ignacio Rejas, quien cree que “a los chicos pequeños se les ve bastante bien educados, porque reciben una charla previa a lo largo de un tiempo sobre cómo deben jugar y pasárselo bien”. 

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