Atrapado en el aeropuerto

7 ene 2013


En el año 2008 un turista argentino fue retenido en el aeropuerto de Barajas por no llevar carta de invitación. Actualmente, este es un requisito fundamental para que no te denieguen la entrada en España

Aeropuerto de Barajas en Madrid
Foto: Virginia Magán Martín

Eran las dos del mediodía cuando Marcelo Adlerstein aterrizó en el aeropuerto de Barajas. Llegó con ganas y dispuesto a conocer, con su amigo Matías, Sevilla y Granada.
Haciendo cola para pasar el control de migraciones un empleado de mediana edad  le atendió, le hojeó el pasaporte y le dijo: “¿Dónde va a hospedarse en Madrid?”. Marcelo le contestó que iba a pasar su estancia en el domicilio de un amigo dándole los datos oportunos para que pudiera revisarlos. El trabajador de migraciones le preguntó por varias cuestiones más. Entre ellas, si tenía carta de invitación y cuánto dinero había traído para pasar su estancia. “Cada país tiene sus propios requisitos respecto a las condiciones de entrada. Por ejemplo, Estados Unidos no tiene la formalidad de la carta de invitación. Aunque el pasaporte en vigor y el billete de ida y vuelta siempre son condiciones necesarias”, argumenta el abogado y especialista en Derecho Penal y Derecho de Extranjería, Marcelo Lucas BelgranoLedesma.


Tras unos minutos de espera, el empleado del aeropuerto le pidió que se apartara a un lado y que aguardase un poco. 15 minutos después, el mismo trabajador explicó a Marcelo que le acompañase a un lugar. Marcelo dispuesto a obedecer las indicaciones, decidió seguirle hasta que llegaron a una zona que decía `Policía Control de Migraciones`. Marcelo preocupado por la situación y sin saber qué hacer, esperó en la sala pero nadie le daba cuentas de lo que estaba pasando. Intentó sacar el móvil que llevaba en el bolsillo pero éste no tenía cobertura. “Solo intentaba que alguien me atendiera, me dispensara algún trato. Veía el tiempo pasar. No me lo podía creer”, así explica su malestar Marcelo Adlerstein. 

Dos policías aparecieron en la sala y le dijeron que si podía acompañarles a otra oficina cercana. Le preguntaron nuevamente por la carta de invitación. “No sabía de ese requisito, jamás me habían pedido carta de invitación en otros viajes que hice a España” argumenta Marcelo Adlerstein. “Esta situación es bastante común. La ley dice que a todas las personas que se le deniega la entrada en España tienen derecho a un abogado y un expediente de denegación. La carta de invitación es un requisito pero en muchas ocasiones no necesario. Actualmente, es cuestión de suerte que te lo pidan o no”, afirma el señor Belgrano Ledesma.

Los agentes le explicaron que por motivos de seguridad pedían carta de invitación y que al no tenerla le tenían que denegar la entrada a Madrid pero que tenía el derecho de recurrir a un abogado con el fin de defender su situación. Sin mecanismos de defensa, aceptó y tuvo que dejar sus efectos personales en un depósito hasta tener nuevo aviso. “Me sentía como un ladrón o un asesino. Tenía que permanecer aislado en un lugar en el que no esperaba estar en unas vacaciones”, afirma el señor Adlerstein.

“Los retenidos suelen sentirse discriminados, pero eso no es así. A lo largo de mi carrera no he presenciado ninguna circunstancia de esta índole. No tengo constancia de ello. Está claro que las condiciones no son las que se esperan cuando vas a la Madre Patria”, relata el abogado Belgrano.

Las horas pasaban, Marcelo miró el reloj y se dio cuenta de que eran las 16 horas. Alterado por la situación pensó en su amigo Matías ya que éste le estaría esperando desde hacía bastante tiempo en el aeropuerto. “Estaba preocupado por él  ya que habíamos venido en otras ocasiones juntos y nunca había tardado tanto”, explica el amigo y además secretario de la Casa de Argentina, Matías Ezequiel Garrido.

Tras la gran espera en la sala donde permanecía retenido Marcelo, un asistente acompañado de agentes de policía le empezó a hablar con señas debido a su deficiencia auditiva. Inmediatamente, Marcelo le explicó que podía hablar  y que no necesitaba lenguaje de signos, por lo que procedió a explicarle la necesidad que tenía de llamar a su amigo Matías. El asistente procedió a ayudarle y a comunicarle la situación a su amigo.
“Junto con la Casa de Argentina tramité todo. Hicimos miles de gestiones e intentamos comunicarnos con el consulado de Argentina para que nos pudiera facilitar datos de Marcelo y así le pudieran dejar entrar en España”, afirma Matías Ezequiel Garrido.

Ocho horas más tarde, el señor Adlerstein logró salir del aeropuerto. “Fui a retirar el equipaje y cuando salí me encontré con Matías. Me contó que hizo todo lo posible por sacarme de allí. Si no fuera por él estaría retornando a Buenos Aires. A la mañana siguiente, no podía creerme todo lo que pasé y la suerte que tuve. Todos me decían que era difícil entrar hoy en día en el país, ya que, un 99% si no cumplen las condiciones legales son inadmitidos y devueltos. No hay clemencia”, así argumenta Marcelo Adlerstein.

Este caso en particular fue un hecho real que acaeció en el año 2008 en el aeropuerto de Barajas en Madrid. Actualmente, las retenciones han bajado considerablemente. “En este momento hay unas 60 retenciones diarias, aunque no todas de argentinos. En cuanto a este colectivo se puede decir que ha disminuido la cifra. Llevamos dos al día, incluso un caso cada tres días”, explica el abogado y especialista en Derecho Penal y Derecho de Extranjería, Marcelo Lucas Belgrano Ledesma.



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