En
el año 2008 un turista argentino fue retenido en el aeropuerto de Barajas por
no llevar carta de invitación. Actualmente, este es un requisito fundamental
para que no te denieguen la entrada en España
Aeropuerto de Barajas en Madrid Foto: Virginia Magán Martín |
Eran las dos del
mediodía cuando Marcelo Adlerstein aterrizó en el aeropuerto de Barajas. Llegó con
ganas y dispuesto a conocer, con su amigo Matías, Sevilla y Granada.
Haciendo cola para
pasar el control de migraciones un empleado de mediana edad le atendió, le hojeó el pasaporte y le dijo:
“¿Dónde va a hospedarse en Madrid?”. Marcelo le contestó que iba a pasar su
estancia en el domicilio de un amigo dándole los datos oportunos para que
pudiera revisarlos. El trabajador de migraciones le preguntó por varias
cuestiones más. Entre ellas, si tenía carta de invitación y cuánto dinero había
traído para pasar su estancia. “Cada país tiene sus propios requisitos respecto
a las condiciones de entrada. Por ejemplo, Estados Unidos no tiene la
formalidad de la carta de invitación. Aunque el pasaporte en vigor y el billete
de ida y vuelta siempre son condiciones necesarias”, argumenta el abogado y especialista en Derecho Penal y Derecho de Extranjería, Marcelo Lucas BelgranoLedesma.
Tras unos minutos de
espera, el empleado del aeropuerto le pidió que se apartara a un lado y que
aguardase un poco. 15 minutos después, el mismo trabajador explicó a Marcelo que
le acompañase a un lugar. Marcelo dispuesto a obedecer las indicaciones,
decidió seguirle hasta que llegaron a una zona que decía `Policía Control de
Migraciones`. Marcelo preocupado por la situación y sin saber qué hacer, esperó
en la sala pero nadie le daba cuentas de lo que estaba pasando. Intentó sacar
el móvil que llevaba en el bolsillo pero éste no tenía cobertura. “Solo
intentaba que alguien me atendiera, me dispensara algún trato. Veía el tiempo
pasar. No me lo podía creer”, así explica su malestar Marcelo Adlerstein.
Dos policías
aparecieron en la sala y le dijeron que si podía acompañarles a otra oficina
cercana. Le preguntaron nuevamente por la carta de invitación. “No sabía de ese
requisito, jamás me habían pedido carta de invitación en otros viajes que hice
a España” argumenta Marcelo Adlerstein. “Esta situación es bastante común. La
ley dice que a todas las personas que se le deniega la entrada en España tienen
derecho a un abogado y un expediente de denegación. La carta de invitación es
un requisito pero en muchas ocasiones no necesario. Actualmente, es cuestión de
suerte que te lo pidan o no”, afirma el señor Belgrano Ledesma.
Los agentes le
explicaron que por motivos de seguridad pedían carta de invitación y que al no
tenerla le tenían que denegar la entrada a Madrid pero que tenía el derecho de
recurrir a un abogado con el fin de defender su situación. Sin mecanismos de defensa,
aceptó y tuvo que dejar sus efectos personales en un depósito hasta tener nuevo
aviso. “Me sentía como un ladrón o un asesino. Tenía que permanecer aislado en
un lugar en el que no esperaba estar en unas vacaciones”, afirma el señor Adlerstein.
“Los retenidos suelen
sentirse discriminados, pero eso no es así. A lo largo de mi carrera no he
presenciado ninguna circunstancia de esta índole. No tengo constancia de ello. Está
claro que las condiciones no son las que se esperan cuando vas a la Madre Patria”,
relata el abogado Belgrano.
Las horas pasaban, Marcelo
miró el reloj y se dio cuenta de que eran las 16 horas. Alterado por la
situación pensó en su amigo Matías ya que éste le estaría esperando desde hacía
bastante tiempo en el aeropuerto. “Estaba preocupado por él ya que
habíamos venido en otras ocasiones juntos y nunca había tardado tanto”, explica
el amigo y además secretario de la
Casa de Argentina, Matías Ezequiel Garrido.
Tras la gran espera en
la sala donde permanecía retenido Marcelo, un asistente acompañado de agentes
de policía le empezó a hablar con señas debido a su deficiencia auditiva.
Inmediatamente, Marcelo le explicó que podía hablar y que no necesitaba lenguaje de signos, por
lo que procedió a explicarle la necesidad que tenía de llamar a su amigo
Matías. El asistente procedió a ayudarle y a comunicarle la situación a su
amigo.
“Junto con la Casa de Argentina tramité
todo. Hicimos miles de gestiones e intentamos comunicarnos con el consulado de
Argentina para que nos pudiera facilitar datos de Marcelo y así le pudieran
dejar entrar en España”, afirma Matías Ezequiel Garrido.
Ocho horas más tarde,
el señor Adlerstein logró salir del aeropuerto. “Fui a retirar el equipaje y
cuando salí me encontré con Matías. Me contó que hizo todo lo posible por
sacarme de allí. Si no fuera por él estaría retornando a Buenos Aires. A la
mañana siguiente, no podía creerme todo lo que pasé y la suerte que tuve. Todos
me decían que era difícil entrar hoy en día en el país, ya que, un 99% si no
cumplen las condiciones legales son inadmitidos y devueltos. No hay clemencia”,
así argumenta Marcelo Adlerstein.
Este caso en particular
fue un hecho real que acaeció en el año 2008 en el aeropuerto de Barajas en
Madrid. Actualmente, las retenciones han bajado considerablemente. “En este
momento hay unas 60 retenciones diarias, aunque no todas de argentinos. En
cuanto a este colectivo se puede decir que ha disminuido la cifra. Llevamos dos
al día, incluso un caso cada tres días”, explica el abogado y especialista en
Derecho Penal y Derecho de Extranjería, Marcelo Lucas Belgrano Ledesma.
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