Madrid, 21 de abril de 2013.- La organización Ecologistas en Acción y dos vecinos de la urbanización Cotorredondo se presentarán mañana ante la dirección del Parque Regional Medio de Guadarrama. Se trata de una acción que lleva detrás seis meses de lucha, desde que comenzase la destrucción de parte del monte.
El Monte Batres forma parte del Parque Regional Medio del Guadarrama, lo que lo convierte en una zona de máxima protección. La zona está formada por varias fincas de naturaleza privada, y desde noviembre uno de los propietarios está llevando a cabo desbroces, cortas de árboles, y quemas en su finca.
Ecologistas en Acción denuncian que, aunque la situación se ha puesto en conocimiento de la Guardia Forestal, el Seprona, la Consejería de Medio Ambiente, e incluso la dirección del propio parque, nadie ha hecho nada por frenarle los pies al autor de los hechos. Según ellos, cuenta con una autorización para realizar un vallado de su finca y un aprovechamiento. “El director del parque nos dijo que lo único que está autorizado es un vallado. Que el propietario lo pidió y se le autorizó”, cuenta María Ángeles Nieto, coordinadora de la Federación madrileña de Ecologistas en Acción. “Pero es evidente que lo que están haciendo allí no tiene nada que ver con un vallado. No tiene sentido, la deforestación no sigue la línea perimetral de la finca. Es un caos”, sentencia. Además recalca que “las quemas se están haciendo en días de fuertes vientos, sin agentes forestales ni nadie que pueda controlarlas”.
La situación fue por primera vez advertida en noviembre por varios de los vecinos de Cotorredondo, la urbanización contigua al monte, que fueron los responsables de ponerse en contacto con los servicios pertinentes y que se quejan de su poca actuación. Carlos Castaño, vocal de la junta de vecinos, cuenta cómo llamaron a los bomberos para informar de la aparición de cinco hogueras encendidas y cómo les respondían “es un fuego controlado”. Según ellos, los destrozos se llegaron a pararse hasta dos veces, para ver cómo luego se volvían a retomar. Actualmente la situación está detenida.
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| Monte Batres. Andrés González Menéndez |
Carlos se presentará mañana junto a Ecologistas en Acción ante la dirección del parque en la calle de Alcalá. “Todo está documentado con fotografías y apuntes”, afirma. Allí se reunirán con el director, Jose María González y exigirán ver la autorización que se le ha concedido a este propietario para ver qué tipo de daño está causando legalmente y bajo qué marcos se mueve. Algo que afirman ya han intentado durante todos estos meses sin ningún tipo de logro. “Todo lo que sabemos es por suposiciones”, confiesa María Ángeles Nieto, “No nos han dejado ver la autorización. Si lo que han autorizado es una barbaridad, a quien habrá que denunciar es a quien haya firmado la autorización”.
En el caso de que mañana se descubriese que la autorización es acorde a lo que se puede hacer en un recinto de estas características, tendrán que denunciar al propietario, que es el que estaría infringiéndola. En tal caso, también pretenden exigir una respuesta ante la desidia ejercida por la Consejería de Medio Ambiente durante estos meses. Una dejadez que según ellos es bastante habitual en este tipo de casos. Pero lo que más les llama la atención es que se esté dando en una zona de máxima protección. Desde Ecologistas no se muestran muy optimistas. “No sabemos qué pasará, en otros casos hemos ido y se han negado a mostrar cualquier autorización”.
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| Tala de encinas en el Monte Batres. Andrés González Menéndez |
El monte Batres tiene unas 500 hectáreas de extensión, y la zona afectada cuenta con un área de 158.862 metros cuadrados. De su vegetación destacan las encinas, especialmente dañadas en la finca destrozada, jaras, y ramos. Entre su fauna habitan jabalíes, zorros, búhos y águilas reales, lechuzas, conejos o liebres.
A pesar de todo, en el caso de que mañana se demostrase algún tipo de infracción por las dos partes responsables, y se lograse interponer una denuncia, la pena sólo sería susceptible de ser una multa. “El daño no es lo suficientemente grande como para denunciarlo penalmente”, confiesa Nieto. “Un daño ambiental que se pueda denunciar penalmente tiene que ser brutal”.
Por último, tanto los vecinos como los Ecologistas plantean también la estrategia a seguir en el caso de recibir mañana una negativa. Si así fuera, tratarían de hacer el mayor ruido posible, volviendo a denunciarlo públicamente. Renunciar, por el momento, no es una opción.
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