La música, también en verano

Orquesta juvenil en concierto | Orquesta Juvenil del SODRE

Los campamentos de verano son una de las actividades preferidas tanto por los padres como por los niños para aprovechar las vacaciones. Tanto es así, que, poco a poco, se van abriendo paso en nuevos ámbitos culturales y deportivos. Los campamentos han dejado de ser el recurso fácil de los padres para alejar a los niños de la ciudad durante unas semanas y se alejen de los hábitos sedentarios a los que tanto estaban acostumbrados.



Cada vez más, los padres se encuentran con ofertas mucho más amplias y para gusto de todos. Los campamentos de verano siguen apostando por el deporte, pero se introducen nuevas disciplinas más orientadas a la cultura y el saber, como es el claro ejemplo de la música. Ahora, el verano es un momento del año en el que se descansa, pero también se sigue aprendiendo.

Sin embargo, a pesar de que todos son campamentos, distan mucho entre sí. En el mundo de la música, se denominan “cursos o encuentros de verano” y son precisamente eso, encuentros de músicos en los que se imparten clases, se pone en práctica lo aprendido durante todo el curso e incluso se hace música en grupo a través de los conjuntos de cámara y las orquestas, dependiendo del tipo de curso. Existen varios tipos de cursos: aquéllos orientados a perfeccionar un aspecto concreto de la educación musical, como puede ser un instrumento, tienen tintes de formación a nivel profesional y están impartidos por profesionales conocidos a nivel mundial; y aquéllos que están destinados al disfrute de la música, pero sin dejar de la lado la calidad musical, que siendo igual de profesionales, están destinados a un público más infantil para que aprendan a vivir la música.

Uno de estos cursos de verano destinados desde los más pequeños a jóvenes, es el Encuentro Orquestal Sinfónico del Grupo Concertante Talía. Desde finales de los años 90, han venido organizando estos campamentos, si bien con distintos nombres, en los que tanto niños como jóvenes han tenido la oportunidad de vivir la experiencia de tocar en orquesta o en un grupo de cámara. Para ello, estudian un programa que se representa en un concierto como colofón final.

Guillermo Manzanares, profesor de este encuentro, tiene claro que "los encuentros musicales son una oportunidad para continuar con la educación musical en el verano, que hace que los chicos no pierdan el ritmo. Además, se les da la oportunidad de participar en las orquestas desde pequeñitos, lo que les obliga a desarrollar la musicalidad dentro del grupo y la disciplina, aprender a escucharse unos a otros, a hacer música".

Los horarios del encuentro están organizados en dos partes: la mañana y la tarde. "Por la mañana, se imparten tres clases de una hora y media cada una, que se dividen en: clases por instrumentos y juegos musicales, edición de partituras y nociones básicas de grabación, dependiendo estas últimas de la edad de los niños. Luego, por la tarde, de18.00 a 21.00 hay clase de orquesta, donde se pone en común aquello que han practicado durante las mañanas en las clases por instrumentos, un programa que se toca al final del curso", comenta Guillermo.

Sin embargo, no todo es trabajo y disciplina en estos encuentros, también hay tiempo para la diversión y el ocio, aparte del que proporciona la propia música. Así lo cuenta Elena Jiménez, una antigua alumna que ha participado durante años en estos encuentros: "tenemos muchas horas de ensayo, pero también hay clases de edición, donde montamos nuestro propio vídeo del campamento e incluso un concurso de canciones el último día del curso, que es la sensación del campamento". "Además, siempre tenemos tiempo libre para descansar, leer, jugar, ensayar... después de comer. Cada uno puede aprovecharlo como quiera".